Antes que nada debes saber que no es bueno compartir tus cosméticos pues pueden originar alguna infección muy fácilmente.
Lo más básico que debes tener es un rímel, un alargador o rizador de pestañas, un maquillaje adecuado a tu tono de piel (ni más oscuro ni más blanco), un rubor rosado, o del color que te guste pero que sea sutil y un delineador, también sombras para dar color a tus ojos.
Lo primero que tienes que escoger es el tipo de maquillaje que quieres, hay líquidos, en polvo, en mousse, en crema, etc. Todos funcionan pero debes aprender a ponerte poco para que no se vean plastas y difuminarlo bien hasta el cuello para que no parezca que tienes una máscara puesta.
Después de esto alarga tus pestañas con el rizador, esto ayuda a resaltar tu mirada. Si vas a ponerte sombra o delineador, este es el momento, el delineador puede ponerse primero lo más cercano a las pestañas de arriba del ojo y a las de abajo, ponlo entre el ojo y las pestañas con mucho cuidado.
El color de tus sombras debe ser natural, tonos cafés y rosados son la mejor opción. Primero pon una base blanca sobre el párpado y luego, donde se hace un doblez cuando abres el ojo, pon un tono café, como si hicieras un arco iris de afuera hacia adentro de tu ojo, difumínalo un poco y agrega un poco más de blanco arriba junto a las cejas para darle luz a tu mirada. Ahora ponle a tus pestañas rímel, procura que te queden muy bien separadas y sin grumos.
Para resaltar tus pómulos toma una brocha lo más ancha posible con poco de rubor y aplica suavemente desde donde comienza tu oreja hasta la mitad de tu mejilla (tocando apenas donde termina el pómulo). Finaliza con un toque de color en tus labios y brillo y ¡Listo!
Si vas a salir de noche, trata de que las sombras sean un poco más oscuras, marca sólo un poco más el rubor o bien, tus labios.
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